Llegó el muchacho aquel de nuevo al pueblo,
verdad que la novia fue lo primero,
la citó y siguío bebiendo, pa´ esperá hasta ahora.
Y aquella muchachita pueblerina,
que de ser novia de El vivía engreida,
ansiosa, decidida y con orgullo,
hizo todo lo que pudo pero no se vieron.
Y fue verdad no pudo salir, yo se lo exigí,
le mandé razón, que era obligación,
intransigente, porque había tomado.
Y le mandé a decí en un papel,
puedes escoger, porque yo me boy,
no nos vemos hoy, y puedes dar todo por terminado.
Volví al poco tiempo, entonces cumplí mi palabra,
yo no le escribía ni le hablaba,
y de Ella no hacía ni mención,
y Ella sin embargo que quizás era la agraviada,
me mandaba razón y nada, el romance al fin se acabó,
al fin se acabó, al fin se acabó, al fin se acabó, al fin se acabó.
II
La misma paisanita pura y sana,
al cabo de unos años ya educada
la encontré mientras paseaba muy lejos del pueblo,
con aire de ciudad y tan cambiada,
dude de su moral, la vi tan rara,
apenas creo que si se le notaba,
que a mi encuentro recordaba sus amores viejos.
Y claro fue mi novia otravez, porque la busqué
y ella ansiosa igual sin pensar jamas,
que habían barreras que nos ponian lejos;
me da cariño, amor, frenecí, quien pudiera mas,
sin embargo a mí no me sabe igual,
tiene malicia, ya no sabe a pueblo.
porque nos es aquella, del ambiente ahora esta chapiada,
si era linda y no se pintaba, si era sobria y original,
borracho destino, una vez no aprecié de aquella,
es distinta pero ella es buena, no me obliges a claudicar,
porqué claudicar, porqué claudicar, porqué claudicar .........